sábado, 22 de febrero de 2014

ideas para un sábado en casa

Pues es que ayer tuve el día flojo. Me desperté con el cuello rígido sin saber por qué, me di un par de golpes tontos de esos de cuando tienes el día torpe. Flojera, en fin. Hasta pensé que estaba cayendo griposa como todo el mundo alrededor, pero parece que no. Por la tarde tenía clase de pole, así que pensé que me vendría arriba, que suele pasar. Pero no. La clase estuvo bien pero yo no la aproveché mucho. No sé, tenía desgana. Pues eso. Un día tonto.

dejadme, dejadme sola, que ya se me pasará

Cuando llegué a casa sólo quería ponerme calor en el cuello y acurrucarme en el sofá con mi amor, que dicho sea de paso está haciendo firme su candidatura a Novio Del Año: hizo una sopa castellana de las que reviven a un muerto. Y encendimos la tele. (Inciso: mi relación con la tele es que si no me hubieran regalado una, no tendría. Dicho esto: me gusta ver lo que considero entre grotesco, pintoresco y divertido, y aquí entra Quién quiere casarse con mi hijo, con mi madre o con quien sea, Un príncipe para Corina, Alaska y Mario y casi cualquier cosa que echaran en la MTV, -Te echo de menos, MTV- Hermano Mayor, Cuarto Milenio (sólo si estoy acompañada, si no me acojono total), Pesadilla en la Cocina y el Método Osmin.)

Pues estaban poniendo El método Osmin, que si no lo habéis visto va de un cubano loco que ofende mogollón al colectivo de entrenadores personales, y hace adelgazar a la gente con métodos heterodoxos por no decir extremos. Sabe dios lo que harán firmar a la gente que participa. 
Total, al pobre hombre de ayer le hacía girar veinticinco vueltas sobre sí mismo al final de cada entrenamiento, y el hombre siempre acababa en el suelo. 

Y me salió del alma:

-¿Veinticinco vueltas? Yo creo que podría hacer eso. La barra giratoria es mucho peor.
-Seguro, pero no es necesario...-empezó a decir mi amor, pero yo ya estaba de pie en medio del salón.
-Cuenta: Una, dos, tres...

yo lo recuerdo poco más o menos así :)
Ea, y me vine arriba. Me di veinticinco vueltas y al parar ni me tambaleé. 
Tomayatomayatomaya, es efecto de la barra. Creo que viene a decir que tengo más equilibrio del que he tenido en toda mi vida. 

Y ale, a dormir un poco más contenta. Hay que agarrarse a los detalles, en los días tontos.

Hoy es sábado, mi amor trabaja todo el día, yo estoy sola en casa, bueno, con dos gatas en conflicto (una en cada mitad de la casa. Entretenido.) y una barra en medio del salón. Hace solecito, un día precioso. Y tengo algunas ideas para entretenerme.

Un poquito de sacar fuerzas de flaqueza



Un poquito de recuperar el split de la niña de goma que fui


Repasito de secuencias. Estas son facilitas, por ejemplo ideales para ir practicando con la mano no dominante.



Y combos de figuras. Algunas aún están fuera de mi alcance, pero está bien tenerlas vistas. Para cuando llegue el caso :) 


Y al carajo la flojera. 

¡Feliz sábado!


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