jueves, 21 de noviembre de 2013

noviembre

Supongo que otras mujeres de mi edad, en nueve meses dan a luz bebés. Yo llevo ese tiempo practicando pole dance una o, con suerte, un par de veces por semana, y estoy pariendo mariposas, escorpionas que se convierten en géminis, garabatos y otros muchos seres. 

Esto engancha cada vez más, tanto que se me ha ido de las manos y he comprado una barra que está en camino. No la puedo poner en mi casa porque no cabe de ninguna de las maneras, pero mi amor, que por algo lo es, me va a dejar ponerla en su salón para que pueda practicar. Nos esperan horas y horas de entretenimiento. Ya ves, otros se compran una moto, o consolas de videojuegos o yo qué sé. A mí, hacia mucho tiempo que nada material me ilusionaba tanto como tener mi propia barra. Estará pasando frío ahí en la caja, en un camión, por las carreteras de Bruselas camino de Madrid. Pobrecita. Yo la voy a cuidar mucho y voy a darle calorcito con mis manos (y mis corvas, y mis brazos, y mi entremuslo).

como veis, me siento bastante zen. 

Y por si fuera poco, este sábado...intensivo de tres horas largas con Marina Diaz, mi increíble profesora, en Madrid Pole Dance Studio. Si mi barra llegara el viernes...me iría de ahí a estrenarla y bautizarla. Así que esto es un no parar. Nos pasa a todas las que llevamos un tiempo: estamos cada vez más enganchadas. ¡Queremos más, más, más!

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