martes, 26 de noviembre de 2013

heridas de batalla (I) el ampocallo galopante

Como bien sabrás (y sufrirás) si practicas pole, al principio más y luego de vez en cuando, la piel de las manos sufre rozaduras, a veces quemaduras, ampollas y callos. Así es. 
mano de una pole dancer que lo ha dado todo
Hacía ya mucho que no me pasaba, pero como ya os conté, con el intensivo del sábado mi mano derecha sufrió bastante y necesitaba curarla rápido para poder aprovechar un poco la clase de mañana. Como aquí cada una tiene sus truquillos pero a cada cual le va bien una cosa, os voy a contar mi modus operandi por si os resulta útil alguna vez.

Este es mi kit de primeros auxilios polistas:

una vez entré en una farmacia, pedí Compeed y esparadrapo y la chica me dijo:
-¿Vas a hacer el Camino de Santiago?



Esparadrapo para prevenir y para cubrir lo inevitable y poder así terminar la clase. Compeed ampollas para las ampollas, abiertas o no. Llegó a mis oídos que una chica se puso Compeed para callos en una ampolla abierta y se le lió la de Dios es Cristo. Pues no: hay que dar a la ampolla lo que es de la ampolla, y al callo lo que es del callo. ¿Y si es un ampocallo? 

Me alegro de que me hagas esa pregunta, verás:

Tenía un callo, debajo del cual me salió una ampolla. La cura de mi ampocallo ha sido la siguiente:

-Cuando llegué a casa, pinché con un alfiler desinfectado la ampolla, con mucho cuidado, y lo lavé con agua oxigenada y agua. Inmediatamente me puse media Compeed. Es un mito lo de que no se pueden cortar. Vaya si se puede. Es que quieren vender más, por eso ponen 5 unidades por paquete. Oigan, que eso es impar. Está hecho a mala idea. Mira que adoro estos chismes, pero hay que reconocer que con eso no se tiran mucho el rollo. Total, que corté media compeed (de las grandes) y me la puse sobre el ampocallo y la pequeña ampollita reventada que es una pobre secundaria en esta historia. 

-Lo dejé ahí unas 24hs, hasta anoche que me lo quité con cuidado y claro, cuando te lo quitas la piel está tierna porque te crea un miniclima de humedad que hace que no te salga costra, sino que te regenera la piel directamente, y eso está muy bien si tienes tres o cuatro días por delante para dejarlo curar. En ese caso yo dejo Compeed tres días y la tercera noche lo dejo al aire. El cuarto día me pongo otra y lo dejo una noche más. El quinto día está ya curado. Pero esta vez tenía prisa. 

-Así que me puse a echarme Blastoestimulina. Muchas compañeras hablan genial de esta pomada. Yo la tenía en casa porque me la mandaron como cicatrizante de la herida de la operación de mi gata así que me alegro de poder aprovecharla para algo más alegre, quién lo iba a decir. El caso es que la había usado alguna vez, y no había notado demasiado.

MAL POR MÍ. No supe apreciarla. Resulta que anoche, ya en la cama, recordé que estas cosas actúan mejor si se tapan. Pero me parecía poca cosa ponerme una tirita o una gasa empapada en Blasto. Entonces me acordé de Victoria Beckham, decían que se untaba las manos en vaselina, después se ponía guantes y se iba a dormir para tener las manos suaves por la mañana. Y pensé que no tengo guantes de algodón, y los de lana estaban descartados para este fin, pero...tengo calcetines de algodón, unos especiales para eso mismo, embardurnarte los pies en crema y ponértelos para dormir, que me compré por probar porque una vecina muy simpática me pasaba el catálogo de Oriflame. Creo que los he usado un par de veces, porque la sensación de dormir con los pies pringados me resulta más rara que reconfortante el hecho de encontrármelos un poco más suaves por la mañana. Pero ahí están. Qué ideón:

Busqué un calcetín de estos que os digo, que son ultrasuaves (y tienen forma de patuco raro), me puse una cantidad bien generosa de Blasto por toda la palma y con la satisfacción del que inventó el agua caliente me fui a dormir. 

Resultado: Por la mañana (es un decir, porque eran las malditas seis de la madrugada) el panorama había mejorado mucho. 


Hoy me he puesto Blasto varias veces, en pequeñas dosis a lo largo del día y esta noche otra vez dormiré a lo Victoria Beckham, osea. 

Y seguro que mañana estará mejor. De todas formas "mejor" no es "curado", y mañana no podré hacerlo todo, pero se hará lo que se pueda. Me pondré esparadrapo e intentaré practicar un poco con la otra mano.

Y vosotras, ¿tenéis trucos para las heridas de batalla con la barra? ¿algún remedio casero milagroso que queráis compartir? 


...y muy pronto: 
heridas de batalla (II) moratones a montones


jueves, 21 de noviembre de 2013

noviembre

Supongo que otras mujeres de mi edad, en nueve meses dan a luz bebés. Yo llevo ese tiempo practicando pole dance una o, con suerte, un par de veces por semana, y estoy pariendo mariposas, escorpionas que se convierten en géminis, garabatos y otros muchos seres. 

Esto engancha cada vez más, tanto que se me ha ido de las manos y he comprado una barra que está en camino. No la puedo poner en mi casa porque no cabe de ninguna de las maneras, pero mi amor, que por algo lo es, me va a dejar ponerla en su salón para que pueda practicar. Nos esperan horas y horas de entretenimiento. Ya ves, otros se compran una moto, o consolas de videojuegos o yo qué sé. A mí, hacia mucho tiempo que nada material me ilusionaba tanto como tener mi propia barra. Estará pasando frío ahí en la caja, en un camión, por las carreteras de Bruselas camino de Madrid. Pobrecita. Yo la voy a cuidar mucho y voy a darle calorcito con mis manos (y mis corvas, y mis brazos, y mi entremuslo).

como veis, me siento bastante zen. 

Y por si fuera poco, este sábado...intensivo de tres horas largas con Marina Diaz, mi increíble profesora, en Madrid Pole Dance Studio. Si mi barra llegara el viernes...me iría de ahí a estrenarla y bautizarla. Así que esto es un no parar. Nos pasa a todas las que llevamos un tiempo: estamos cada vez más enganchadas. ¡Queremos más, más, más!