lunes, 9 de septiembre de 2013

septiembre y las telas aéreas

Bien, y con esta entrada me pongo al día, ¡lo logré! y a partir de aquí esto será un blog más diverso y divertido y dejaré de hablar sólo de mí misma. 

Creo que fue por mayo, vi un cupón de oferta en internet (soy la niña de las gangas, y también con un cupón de esos empecé a hacer pole dance) para cuatro clases de telas aéreas. Nunca lo hubiera comprado, de no ser porque ya me había picado el gusanillo de las disciplinas aéreas (aro y trapecio: ¡sois los próximos!) pero una vez que eres capaz de trepar bien a la barra, te sientes capaz de hacer más cosas. Por suerte se animó también una de mis compis de pole, así no iba yo sola. El sitio nos queda lejos porque vivimos en Madrid capital y la escuela de telas está en Alcalá de Henares, pero la verdad: era muy barato y había que probar. 

Decidimos ir después del verano, sobre todo para ir adquiriendo el máximo de fuerza con las clases de pole. Creo que fue una buena idea, porque cuanta más fuerza tengas, en efecto, es mucho mejor. Así que el sábado pasado fuimos a tomar nuestra primera clase de telas aéreas. ¡Qué emoción! Tenía unas ganas tremendas de empezar. La escuela se llama A Doble Tiempo y nos recibieron con los brazos abiertos (porque estaban en medio de una clase de acrobacias :) pero no sólo por eso). El local es una pasada, porque es una nave industrial convertida en escuela con diferentes salas, y en una de ellas, de diez metros de altura, están colgadas las preciosas telas. 

El profesor se llama Denis y aunque sólo le conozco de una clase, ya le adoro. Imaginaos: es canadiense, fue gimnasta profesional y luego estuvo actuando varios años en el Circo del Sol. ¡El Circo del Sol! ¡Mi sueño dorado! ¡Lo más de lo más! ¡El Olimpo de los acróbatas!

Esta es su web. Flipad, pequeños mortales.

En nuestra primera clase, aprendimos la técnica básica de trepada en tela, que es muy diferente a cómo se trepa en la barra, pero prácticamente igual que trepar una cuerda (no a pulso, sino con apoyo del pie). Tardamos un poco en pillarle el tacto, pero debo decir que en seguida empezamos a trepar como monas. Desde luego, ayuda muchísimo haber hecho pole dance antes (o cualquier cosa en la que se trabajen bastante los brazos) porque sin fuerza lo llevas de culo, cuesta abajo y sin colchoneta. 

Incluso nos enseñó una primera figura, la Mariposa. Y me encantó que fuera precisamente la mariposa, porque esa es la primera figura en inversión que aprendimos a hacer en la barra. Y por supuesto, nos fue ayudando, pero después de lo duro que es el pole, (mis primeros invertidos en pole fueron a partir de la quinta clase) poder hacer una figura en la primerísima clase de telas me pareció una pasada y un lujo. 

Esta es la secuencia de la Mariposa en Telas Aéreas:


para llegar a este punto:
1) estrenar unos leggins espectaculares y dirigirse a una escuela de telas aéreas
1A) trepar la tela hasta que se considere oportuno y razonable, que estamos empezando.
1B) separar ambas telas (porque se escala con ellas agrupadas, como se observa en mi compi de la tela rosa)
1C) agarrarlas a la altura del pecho, soltar los pies (te quedas suspendida a pulso) y hacer un movimiento envolvente con las piernas, de tal manera que pasen una vez entre los muslos y dos veces a la altura de los tobillos, y colgando hacia dentro de los pies (facilísimo, ¿verdad? pues eso: como te puedes imaginar, las primeras veces lo de los tobillos te lo coloca el profesor, igual que en las figuras nuevas de pole la profesora te guía el cuerpo)  
1D) a todo esto, tenías las telas agarradas por delante de tu cuerpo. Así que ahora pasas un brazo, el otro brazo y el torso por delante de las telas. Te asomas entre ellas.


2A) dar la espalda a la Niñita Comaneci para ignorar el hecho de que te da mil vueltas, y nunca mejor dicho. ja. 
2B)  dejar descender el cuerpo en modo rana. Esto tensa las vueltas de los pies y pinza la tela que está entre ellos. Mantener fuertemente unidos.



3) Soltar las manos, estirar los brazos, equilibrarse, marcar la postura...

...y...


4) ¡arrojarse! 
Aviso: la caída impresiona. 

Me costaba mucho vencer el impulso de querer agarrar la tela al caer. 
Es normal. Hay que familiarizarse con las sensaciones poco a poco. 
Había chicas que llevaban tres o cuatro meses con las telas y hacían unas cosas que nos dejaban boquiabiertas. Cosas increíbles. A muchos metros de altura. De nuevo, la sensación de la primera clase de pole dance al ver a las chicas veteranas: ojos como platos, boca abierta, incredulidad. Y ellas diciendo: ya veréis como si seguís, lo haréis. 

Así que me llevé una primera impresión buenísima, y salí de allí con las endorfinas en ebullición. Estaba que me quería subir a todas partes. A ver ahora, cómo me costeo estos dos vicios. Aún no sé si podré seguir en octubre porque existen varios factores de incertidumbre. Pero ojalá. Si no, seguiré cuando pueda. De momento me quedan tres sábados, tres clases, y me las voy a gozar. 


Y mañana...¡clase de pole! 




domingo, 8 de septiembre de 2013

sexto mes - escorpiona, superwoman y el padre más apañado del mundo

Aquí estoy, a punto de ponerme al día con mi diario de campo de pole dance. Mi sexto mes practicando pole fue agosto. Un mes raro, porque hay vacaciones y horarios locos. Tenía diez días de vacaciones, así que no me apunté a las clases regulares de una vez por semana. 

La gran novedad de agosto fue...¡que mi padre me puso una barra en el patio! Claro, del patio de la casa que tienen en el campo...a 50 km de donde yo vivo :) por lo que no puedo disfrutarla todo lo que quiero, pero aún así ¡madre mía! Fue como un súper regalo de reyes. Es que mi padre es el hombre más habilidoso y mañoso que conozco. Sabe hacer de todo, es como Mac Iver, no exagero.

La cosa empezó porque tiene un leñero en una parte del patio. Lo que sostiene la estructura del leñero son dos puntales de obra. Fui un fin de semana, y miré los puntales como nunca antes los había mirado. El pole te cambia la visión: vas buscando (y encontrando) barras por todas partes. El puntal era perfecto. Fue agarrarlo y saberlo. Me marqué una mariposa ante mi familia y mi padre dijo 

-Pues esa barra te la consigo en cualquier desguace, mujer. 

-¿¿¿En serio, papá??? ¿En serio en serio en serio me pondrías una barra? 

-Sí, hija, ¿así, de ese grosor? Pues claro. Es una barra muy normal. De unas que son de altas presiones, eso sí, que son tan gruesas por dentro que prácticamente son macizas, ¿sabes? eso no se va a tronchar ni aunque os subáis tres. Yo te la consigo.

Lo dijo y lo hizo. Unos días después fue a un desguace y dice que la vio según entró: la barra perfecta. Tres metros y medio de barra por la que le cobraron (al peso) cuatro míseros euros. Cuatro. Uno, dos, tres y cuatro. Por lo que cuesta un paquete de tabaco, mi padre me consiguió una barra. Yo es que le adoro. Siempre ha sido así. 

Quitó una baldosa del patio, excavó un agujero de casi un metro (a punto de reventar una tubería inoportuna, pero no ocurrió), lo llenó de hormigón con la barra en medio y la lijó, le dio dos capas de pintura blanca y quedó como la barra de mis sueños. Hasta me puso una carpa de lona alrededor, que no sólo queda preciosa, es que me resguardaba del sol de agosto. Lo sé, tengo un padre que no me lo merezco.

Esto fue justo antes de mis diez días de vacaciones, que iba a pasar allí. Así que os podéis imaginar: fue llegar y hacerme un intensivo. Con tantas ganas que el primer día me había levantado dos callos en la mano, y durante varios días tuve que tirar de esparadrapo, de pensar NO HAY DOLOR, y de practicar con la mano menos hábil, que es buenísimo pero en clase da pereza, porque hay que aprovechar el tiempo lo máximo posible y yo prefiero aprovecharlo en aprender cosas nuevas con la mano hábil, que ya me cuesta lo mío...y luego ya me encargo yo de practicar con la otra en otro momento.

La verdad, fue muy provechoso. Descubrí una nueva dimensión de felicidad. Salir a entrenar por la noche, con el fresquito, rodeada de jardín, en el campo, a mi ritmo. Me daban ganas de llorar de alegría. No tengo esa posibilidad en mi casa pequeñita de Madrid. No cabe una barra. es así. Hay que asumirlo. Sólo si saco la cama, vacío mi habitación, y duermo en el sofá cama del salón. Una puta locura que de momento no me planteo. Pero allí lo disfruté mañana, tarde y noche. 

Estas fotos me las hizo mi hermano, que es un crack. Así, en general. 


Escorpio en agosto. Ya lo hago con mucha seguridad y me agarro el pie sin titubear. Sigue siendo una de mis figuras favoritas. Debe ser porque es mi ascendente :)


El Superman. No es que esté perfecto, pero es una figura que en clase había intentado sólo un par de veces, a pesar de que no es muy complicada. Lo que pasa es que al principio es insufriblemente dolorosa. Te quema y duele el entremuslo que lo flipas. Luego, con el tiempo, a muchas les deja de doler. A otras no, y se apañan como pueden. Bueno, pues allí en el campo, es la figura que mejor saqué por mí misma. Cuando llegué no sabía hacerla (porque una cosa es en clase, mientras la profesora te ayuda, y otra es pillarle el punto de verdad) y cuando me fui, más o menos me salía. Aún me cuesta. La hago, pero no le tengo pillado el punto. Eso sí, este momento fue glorioso para mí. Creo que se nota :D



Esta es Timba, la perra de mi hermano. No paraba de rondar por ahí y es que quería probarlo. 
Como veis, el suelo, hasta que busquemos una solución, es bastante rudimentario. Es una valentía girar descalza ahí porque te puedes rebanar un dedillo con la junta de una baldosa, así que usaba deportivas o al menos calcetines, excepto cuando ya me ponía acrobática que me descalzaba.

Ah, fueron unos días sensacionales. Luego tocó volver a Madrid, a currar, y a las clases. Como había estado fuera casi toda la primera quincena, lo que hice fue un intensivo a mi vuelta. La tercera semana de agosto fui a cuatro clases (lo que suelo hacer en un mes) con una profesora nueva, Ka Grillet, que es una grandísima profesora.  Nos dio muchísima caña en acrobacias y una de las figuras que aprendí fue esta, que no nos dijo el nombre pero yo la llamé El Garabato. 



Le tengo mucho, mucho cariño a esta figura por dos razones: una es que me parece enrevesada, estéticamente desconcertante. Pero la principal, es que me salió a la primera. Oh yeah, eso nunca pasa. 

Dos cosas que noté en agosto:

-Mis empeines deformes, de antibailarina, mis Antiempeines (que son algo así, habrán imaginao, como lo que es el Anticristo a Cristo) han comenzado a mejorar. Algo que creí imposible. No es que estén bonitos, creo que nunca serán bonitos, pero a base de mucho empeño han mejorado un poco. Lo cual es muchísimo. 

-Mis hombros. Hace un par de meses que vengo notando eso: Me falta fuerza en los hombros. Hay figuras que me ayuda a hacer la profesora, que noto que mis piernas, abdominales y brazos pueden con ello, pero que mis hombros están a punto de chascar. También creo que me limita a la hora de los giros. Necesito ganar fuerza en los hombros y oh, me parece que voy a tener que hacer ejercicio extra. 

Eso te hace el pole: No quieres fortalecer tu cuerpo porque sí. Es por y para la barra. La barra es el fin. Ponerse fuerte es el medio. Nunca me hubiera dado por pensar en mis hombros, ni en mejorarlos. Eso te hace la barra. Es bonito. 

Así que ya estamos casi al día. La próxima entrada hablará de lo que estoy haciendo en septiembre, que trae una gran novedad: voy a tomar clases de telas aéreas. Tengo muchísimas ganas. Será volar de otra manera. Y nunca se me hubiera ocurrido apuntarme a clases de telas aéreas si no hubiera empezado a hacer pole dance. Es verdad que el pole te cambia. 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

quinto mes - la única bandera de mi casa soy yo

Y con mi quinto mes de pole dance quiero decir julio. Ya casi casi me pongo al día :)
Pues en el quinto mes, además de hacer algunos avances, empecé a notar el estancamiento. Es normal. Yo no hacía deporte. Nada. Cero. Los tres o cuatro primeros meses de clases fueron una progresión muy rápida, y luego ha empezado a ir más lento. Lo asumo, es así: se llega a puntos en los cuales sólo sigue o una progresión muy lenta (o estancamiento, y se convierte en tu gimnasia de mantenimiento, lo cual también está bien) o la decisión de dedicarle más tiempo. No hice lo segundo por dos motivos: uno, el económico, y dos, mi horario de trabajo que es de tarde. Durante la primavera las compañeras de mañana me cambiaban el turno muchos días y yo dedicaba al menos un par de horas de mis tardes libres a ir a practicar por libre. En julio eso se acabó. Y se nota mucho, de practicar dos días o tres, a practicar uno y en clase (que no te puedes picar durante media hora con ese movimiento que no te sale). Así que bueno, me estanqué un poco y aún así pude hacer algunos logros. 

Como la bandera, que la tenía muchas ganas. Y eso que aún no me sale bien del todo. Pero esta fue una de las primeras veces que lo logré.


y este Escorpio ha mejorado sensiblemente respecto al de hace dos meses. Tanto, que ya me agarro el pie. Fue otro pequeño logro. Pasito a pasito.


Así que, voy puliendo lo que puedo. ¡Y quiero más!




cuarto mes: soy una yonki de las barras bueno y qué

El cuarto mes con mis clases de pole dance fue junio.
Empezó muy fuerte, ya que el primer fin de semana se celebró el Campeonato de España de Pole aquí, en Madrid. Fuimos muchas alumnas de la escuela a verlo. Y claro, pasa lo que pasa: que te vienes arriba. Al salir del pabellón deportivo vimos una barra y allá que fuimos, a hacer las monas.



La inversión a V (aka Venus) es muy agradecida porque si le pillas el ángulo, parece que te abres 180º. Y nanay del peluquín, en realidad no. Pero lo parece ¿eh? :) Shhhhh...Este truqui queda entre tú y yo (bueno, y todas las polistas del mundo).

A mediados de mes tuvimos una noticia sorpresa: venían de los informativos de la tele a grabarnos. ¿El motivo? pues que empezaba a ser verano y necesitan noticias ligeras, y eso sí: que se está poniendo de moda. Es que en España está tardando mucho en calar. Nos llevan años luz de ventaja en latinoamérica y en toda europa. Por no hablar de Australia. Por no hablar de Rusia. En fin, triste pero por fin alentador: parece que está despuntando. La verdad es que el boca-oreja está haciendo maravillas. Yo animé a dos amigas que siguen, y una de ellas ha traído a otras dos, y así. Poco a poco, estamos levantando este deporte. Sueño con el día en que en cada gimnasio tengan unas cuantas barras. Y en los parques. Oh.. Eso sí sería genial.

Así que nos grabaron. Si es que no han quitado el vídeo, lo podéis ver pinchando aquí. Sólo es un minuto y algo, pero salimos hablando y todo, para regocijo de familiares, amigos, vecinos y conocidos. Estuvo genial, porque nos grabaron toda la tarde, es decir: tuvimos casi tres horas de clase intensamente intensiva de regalo. Y de paso ayudamos a la escuela a promocionarse. A primera vista podía parecernos una putada que la presentadora fuera guapa y arreglada, y nosotras ahí sudando como bichas, despeinadas, desmaquilladas y deshidratadas. Pero empezamos a hacer cosas y ella y los cámaras flipaban cuando decíamos que no llevábamos ni cuatro meses haciéndolo. Y toda sensación de inferioridad de condiciones desaparecía cuando hacías un murciélago, un cupido o una secuencia de Carrusel-Carmen Electra-Bombero. Y es que para la gente que no lo hace, (podríamos llamarlos 'civiles' -y esto de los civiles lo saqué de un blog de pole en inglés, del que ahora no recuerdo el nombre, lo buscaré) resulta bastante espectacular.

Y a finales de mes, tenía que ir a Asturias a una boda. Mi amor y yo decidimos quedarnos un día más para hacer un poco de turismo, y fuimos a los lagos de Covadonga. Yo nunca los había visto. Había muchos carteles, pero sólo este, en lo alto, entre los dos lagos, estaba roto. Lo que lo convertía en una barra espectacular. Y me marqué otra inversión en V. Porque, la verdad, con vaqueros largos y jersey no se me ocurre mucho más que hacer. Se necesita la piel para agarrarse. O mucha fuerza, para hacer acrobacias de brazos. Pero mi fuerte son las piernas. En fin, todo llegará y podré variar de figura para las fotos improvisadas con vaqueros largos :)


Y junio, es decir, mi cuarto mes en pole dance, pasó así. Con acontecimientos y muchas ganas de seguir aprendiendo cosas nuevas.